Reencuentro

(publicado primero en el blog Liberemos las palabras)

Se detiene en seco en la puerta de la tienda y aparenta interesarse por las chucherías que están dentro de cajas de colores, dispuestas a detener al transeúnte e invitarle a adquirir alguna baratija a precios increíbles. Ha tomado entre sus manos una esponja de baño para ocultar su nerviosismo. De reojo mira a la persona que camina en su dirección y confirma que es él. Sin darse cuenta aprieta sus dientes y su rostro se contrae. El dolor pronto aparecerá y tendrá que relajar la mandíbula tal y como se lo ha recomendado el terapista, si no tendrá dolor de cabeza, otra vez. Y no, no puede ocultar su repentina inquietud.

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Cama

foto: rustyphil

Sus dedos perfilan mi rostro, se estacionan en mis labios, bajan a mi cuello, a mi hombro. Me mira con ganas. Él quiere cama y yo también. Yo quiero dormir, él quiere batallar. Yo quiero soñar, él quiere triunfar. Hace tiempo que no queremos lo mismo. No es su culpa. Son esos dedos. Callosos, curtidos, sin gracias. Sus labios cerca de los míos. Mis ojos en los suyos. Baja la mirada. Hace tiempo que no me mira y hace tiempo que yo le observo. Tampoco es culpa suya. Es que ahora tengo más tiempo para estar con él. Él solo quiere matar el aburrimiento, y yo solo quiero ser libre.


Autora: Karina Miñano Peña

(©2020. Karina Miñano Peña)