
Mi madre decía que nunca es tarde para comenzar una nueva aventura. Así que aquí estoy, detrás de una ventana lo suficientemente grande para verme de pies a cabeza. Da a una calle muy concurrida y muy animada, especialmente durante los días calurosos como hoy. La cortina que la cubre es roja y la luz exterior enfatiza el color haciéndolo intenso. El poco pudor que me queda me hace dudar en correrlas, además siento un poco de inseguridad que se confunde con vergüenza.
seguir leyendo