Hojas secas caían sin parar. Los árboles se mostraban ya desnudos. Las ramas se tambaleaban al compás del viento. Los asistentes se apretaron los abrigos y uno a uno se le acercó parar decirle que lo sentía. Pero él no escuchaba ninguna palabra, tampoco se percató de las manos compasivas sobre sus hombros. Mantenía la miraba fija en la pelota que llevaba entre sus manos. Cuando por fin se quedó solo rompió a llorar como un niño recién nacido.
seguir leyendoParada inusual
—¡Bajen! ¡bajen todos! —ordenó el chofer del autobús desde su asiento.
El vehículo se había detenido en una esquina muy cerca a una intersección. Los pasajeros, abstraídos en sus pensamientos, no se dieron cuenta de que el conductor había cambiado la ruta. Hasta que la orden de bajar los sorprendió.
—¡Bajen! ¡bajen! —repitió apurado y algunas personas empezaron a levantarse de sus asientos.
—¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué debemos bajar? —preguntó un anciano con voz temblorosa desde su sitio.
—Pero…está no es la ruta correcta. ¿Dónde estamos? —Alzó la voz sobre el barullo un muchacho con una gorra de béisbol que cubría su cabeza.
sigue leyendoExisto

Soy vida y soy muerte
Soy el bien y el mal en un solo ente
Soy poder
Soy diferente a ti y soy igual también