Foto:@Lvnel

Mi madre decía que nunca es tarde para comenzar una nueva aventura. Así que aquí estoy, detrás de una ventana lo suficientemente grande para verme de pies a cabeza. Da a una calle muy concurrida y muy animada, especialmente durante los días calurosos como hoy. La cortina que la cubre es roja y la luz exterior enfatiza el color haciéndolo intenso. El poco pudor que me queda me hace dudar en correrlas, además siento un poco de inseguridad que se confunde con vergüenza.

Son las ocho de la noche en Ámsterdam, y yo ya debería haber corrido esa cortina y dejar que la noche comience. Para darme un poco más de valor y recordar por qué estoy aquí me miro en el espejo. Una mujer con una máscara de encaje transparente negro y con trazos góticos, me devuelve la mirada. Tiene la boca pintada de rojo carnoso. Menudo set el que lleva puesto, un par de atrevidos balconettes con lazos negros que realzan lo pequeño y le dan una forma bonita y elegante. Hace juego con una diminuta tanga escondida entre esas bien formadas redondeces. Lleva medias altas y traslúcidas que siluetan unas piernas gruesas y duras. Además de ligueros y un coqueto guante, en la mano derecha, que llega hasta el codo. Esa mujer es un yo que no conocía. Pero hoy me puedo dar el lujo de ser diferente. La noche en esta ventana me ha costado 220 euros. Hoy de siete a tres mi nombre es Odalys y estoy lista para correr la cortina…

.

Autora: Karina Miñano Peña

(©2019. Karina Miñano Peña)


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s